viernes, 9 de octubre de 2009

RINOTILEXIS




Hay cosas que verdaderamente me molestan…
y si antes padecí ataques de ira incontrolables al escuchar comentarios de ciertas personas…esta vez han llegado al limite de mi paciencia..
Pues he descubierto que hay algo aún peor que la gente q “se chupa los dientes” (me explico?) y que la gente que dice “visteSSS” y “váyamos”..
Si…hay algo mucho peor..
..una especie de epidemia que esta a punto de dispararse cual misil en guerra mundial…
Algo que ha sido imposible exterminar, a lo largo de las décadas… algo que no se puede erradicar por más que las madres dediquen arduas y largas tardes a educarlos…
Las abuelas ya lo sabían. Los malos hábitos o "manías", que parecen inofensivas al principio, pueden tener un efecto devastador con los años y llevar las relaciones a la ruina,( según investigadores estadounidenses que entrevistaron a 160 parejas).
Hablamos…claro está…de la gente que hurga su nariz..
Y seguramente todos ponen cara de asco al leer estas líneas…pero quién no ha sido testigo vivo de uno de estos desagradables episodios??

No se necesita ser un investigador ducho en el tema como Sir Rascacerebrous (nuestro investigador extranjero experto en habito de RINOTILEXIS; rino = nariz tillexis =hurgar (griego)..
He estado estudiando mucho el tema…y decidi hacer un peritaje por la ciudad de Montevideo..claro está que fui asesorada por Rascacerebrus..
Obtuve algunos datos importantes, y siendo mi ultima intención abusar de la estadística, remitimos a 1000 ciudadanos de nuestra ciudad elegidos al azar .Sólo devolvieron el cuestionario 254 sujetos, por lo que con una tasa de respuesta de poco más del 25% cabe preguntarse si los resultados son representativos. Hay varios aspectos que llaman poderosamente la atención. En primer lugar, parece que la práctica es bastante generalizada, ya que de entre quienes respondieron un 91% confesaba que acostumbraba a meterse el dedo en la nariz. También sorprende que quienes contestaron eran capaces de definir con gran precisión su hábito en materia de frecuencia, técnica y efectos colaterales. Así, tres personas afirmaron que se metían el dedo en la nariz al menos una vez cada hora y dos sujetos invertían entre 15 y 30 minutos cada día en estas tareas, lo que no es nada comparado con las dos horas diarias que entregaba a tales menesteres otro individuo.
Aún así me siento libre y respaldada para poder comunicarles a ustedes, queridos lectores, que este suceso al parecer…se potencia con la luz roja de los semáforos!!..yo no se si se trata de un mensaje subliminal..algo asi como un plan macabro que hace que minetras uno espera la luz para seguir su camino sienta esas imperantes ganas de llevarse el dedo a la nariz…
Dos personas llegaron a producirse perforaciones del tabique.
Otros datos de interés: el dedo más utilizado para llevar a cabo esta tarea era el índice (65.2%), seguido del meñique (20.2%) y el pulgar (14.6%) (cabe suponer que quienes emplean este dedo han de tener amplios orificios nasales). Una vez extraído el trofeo, la mayor parte de los sujetos acostumbraba a examinarlo antes de aplastarlo en un pañuelo (50.3%), tirarlo al suelo (25.6%), pegarlo a algún mueble (16.5%) o, simplemente, comerlo (7.6%)…
Todo esto sin tener en cuenta los hábiles (que entrarían dentro de los privilegiados) y experientes seres capaces de hacer una bolita de moco y es capaz de dispararlo con habilidad de relojero usando solamente el índice y el pulgar!! Pero no quiero detenerme en técnicas que requieren tanto entrenamiento…volvamos al común denominador..porque…




Si usted es un buen observador.. se dara cuenta de que este habito ya trasciende fronteras…clases sociales…edades..sexos…es una MANIA UNIVERSAL!
Pues…
se saca mocos el del bmw 2008.
Se saca los mocos el del fusca 65 picado
ni hablar del repartidor de pizza
la dama del corsa (imagen muy grabada en mi mente)
se saca los mocos el chofer del ómnibus
se saca mocos el nene..
se saca mocos la viejita del baston que esta esperando un taxi…
se saca mocos el empresario en un café..
el que viaja en interdepartamental...
se saca los mocos la reina de Inglaterra (ver foto)...

y se saca los mocos quien te acaba de dar la mano…




...¿?....


vomito cosas que llevo dentro...
cosas que no conocía..
mi esperanza rebrotada,
mi amor desintoxicado..
mi libertad a medias...
y ahi está mi vómito,
mi amigo,
que yace despierto en la noche templada...
tibio de mi todavia....
lleno de mi aroma..
vomito hasta quedarme vacía;
transparente...
quizás vomite siempre...

viernes, 2 de octubre de 2009

Hay gente que se preocupa por ser popular. Por encajar, por estar in. Les gusta saber que a los demás les interesa qué dirán. Quizás sea que está bien visto cómo se visten, cómo hablan, qué cosas piensan. Cuando se es niño, ser popular se traduce en tener la mejor muñeca o el último juego de compu. En la adolescencia un buen gusto en indumentaria o un carisma incomparable son vehículos hacia la popularidad. El hecho es que, tengan 7 0 30 años, hay gente que quiere sentir esas miradas de interés.

Algunos lo logran. Parece que nacieron para eso. Su forma de ser, sus gestos, su habla, hasta la forma de caminar despierta una especie de admiración instantánea. Y todos quieren sentarse al lado de ellos. Todos pretenden averiguar qué piensan.
Pero para otros es un tanto más difícil. Con cara de feliz cumpleaños andan por ahí saludando gente, haciendo chistes que nadie encuentra graciosos e intentando pertenecer a un grupo social que no los acepta. Tratan durante años de llamar la atención, de cosechar alguna mirada o una risa. Y fracasan cada vez. Reman durante tiempo, entre temporales y olas gigantes, pero se ahogan justo antes de llegar a la orilla.

Pero los tiempos cambian. Lo que antes parecía una lucha digna de película yankee (esas donde el nerd intenta con todo su ser cambiar, pasarse al bando de los chicos malos que hacen fiestas en casa cuando el padre militar está bombardeando Irak) ahora es una pasada. Un segundo. Una simple respuesta dada a la voz en el teléfono.

Es que, señoras y señores, en estos tiempos que vivimos, tiempos de campaña electoral, de porcentajes y gráficas que intentan predecir al ganador, una nueva tendencia se impone entre la población con alto impacto. Hablamos, claro está, del indeciso.

El indeciso es el habitante más importante de nuestro país en estos momentos. A nadie le importa otra cosa que el indeciso. Todos hablan de ellos. Todos quieren saber qué piensan, qué hacen, que votaron la última vez y hacia qué lado están menos indecisos. Porque hasta el indeciso está menos indeciso para un lado que para el otro.
Todos los politólogos hablan de él. Todos los candidatos a presidente. Toda la población, ansiosa por saber hacia qué lado se repartirán más pedazos de indecisión.

Y ellos, que durante años lucharon por subirse al altar y ser contemplados, ahora disfrutan de sus días de fama. Ahí está Rigoberta Suárez, la de los dientes torcidos y la verruga en la punta de la nariz. Ahí está ella, ostentando su nuevo status de indecisa. Ella recuerda a Lorena Núñez, la compañera de clase que estuvo de novia con cada uno de los chicos que le gustaban a Rigoberta. Lorena, la yegua que se hacía la amiga y por detrás se reía de ella. Rigoberta, la que sólo fue invitada a 3 de los 25 cumpleaños de 15 que hubo en su clase en tercero de liceo.
Ahí está Rigoberta, que piensa, radiante: ¡El sordo González no se desvela de noche intentando saber a quién votarás vos, forra!


Mitocondria.