Para mí la desgracia del estudiante, entre otros indicadores igualmente efectivos, podría ser medida por el peso de su mochila.
Si se hiciera una escala del 1 al 10, en orden creciente, yo ando en 8 kg de absoluta y desesperante desgracia estudiantil.
La puta que los parió a todos.
Mitoescoliosis.
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